« Los hombres olvidan siempre que la felicidad humana es una disposición de la mente y no una condición de las circunstancias” John Locke.

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miércoles, 23 de marzo de 2011

"El nacimiento y la muerte no son dos estados distintos, sino dos aspectos del mismo estado." (Gandhi).

En este artículo me gustaría tener un pensamiento para una amiga y por ello me alejare de lo que suelo escribir, me alejare de nuestros problemas cotidianos para hablar de algo mucho mas trascendental : la muerte. 
“Ha que siniestros” dirán algunos, pero eso es justamente la imagen que quiero evitar porque la muerte no tiene nada de siniestro. Nuestra sociedad tiene un miedo atroz a la muerte, la elude, evita solo mencionarla, la teme más que a cualquier otra cosa, pero si entendiéramos la muerte entendiéramos la vida (y viceversa). Para los que han visto la última película de Clint Eastwood “Hereafter” o “Más allá de la vida”, la protagonista tiene mucha dificultad en publicar su libro sobre la muerte, “en Francia no interesa”. ¿Cómo no va interesar algo que nos afecta a todos sin excepciones? Pues por miedo! Desde hace siglos la cultura occidental ha fomentado este concepto. Los griegos ya consideraban la muerte como la perdida de la individualidad (lo mas preciado para ellos), la religión cristina como nada más y nada menos que como un juicio con su sentencia hacia el paraíso o el infierno, las películas de terror ya ni se cuentan, algunos la consideran como un fracaso de la vida ¡es el colmo!, el miedo a morir se confunde con el propio miedo a vivir, a enfermarse, a sufrir, incluso para algunos le resta sentido a la vida "¿por qué ser ahora y no ser después?". En resumen, una vez más, es el temor a lo desconocido. Toda esta (des)información ha conseguido crear en la mente colectiva occidental una imagen muy equivocada de la muerte.  

No obstante, para aproximadamente el 80% de la población mundial la muerte no es ningún final. Desde los neandertales, la muerte no era el fin de la existencia sino un cambio del mundo terrenal a otro espiritual. Para los orientales no supone un evento trágico, sino un paso hacia una nueva forma de ser, más cerca de la verdad, por lo tanto la muerte se convierte en el mayor acontecimiento de la vida. Los islámicos acogen a la muerte con alegría pues “descarga al hombre de los agobios de la vida mundana”. En el hinduismo, la muerte consiste en la unión del alma individual con el alma universal; para solo citar algunos. Pero personalmente, lo mas significativo, son los miles de testimonios de personas que han vuelto de una muerte clínica que deberían por fin, permitirnos hablar de la muerte sin tabú, sin miedo y con un poco más de conocimiento. La sensación de maravillosa felicidad, es común en todas las personas que han vivido esta experiencia : “La sensación global, era estar formando parte de un Gran Todo, donde lo existente era el Universo sin estrellas, pues todo era luz, felicidad y amor” -  “Paz total y sensación de que por fin estaba en el HOGAR” – “Sentí un alivio infinito, estaba en paz. Ahora experimento felicidad y aumento de la autoestima, sé que no soy la persona insignificante que creía, sino que hago parte de algo muy grande”. Estos testimonios demuestran que no hay nada de individual en el ser humano, en todo caso sería el humano quien se cree individual pero el Ser nunca se apaga. Como lo dicen los científicos y Budistas “la energía no muere, se transforma”.

Si por lo menos el miedo a la muerte nos permitiera disfrutar más de la vida, pero no nos engañemos, es una utopía. Al contrario, acercarnos a la muerte, entenderla y aceptarla es alejarnos de nuestro Ego, nuestro lado humano y acercarnos al Ser que, al fin y al cabo, es Nuestra Esencia. En nuestra cultura, lo más nefasto que la propia muerte es la autodestructiva negación de la muerte, o como diría Publio Siro “es más cruel temer a la muerte que morir”. Rendir homenaje a la muerte es rendir homenaje a la vida. Como dice Lao Tse “Diferentes en la vida, los hombres son semejantes en la muerte”. Por lo tanto despojado de individualidad el alma del difunto esta mucho mas cerca de nosotros que nunca lo fue durante toda “su vida”. 
Desde “aquí” rindo homenaje  con un sentimiento de amor y cercanía a todos los que nos han dejado.

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