« Los hombres olvidan siempre que la felicidad humana es una disposición de la mente y no una condición de las circunstancias” John Locke.

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martes, 31 de mayo de 2011

Romper los Tabús


Como obviedad empezare diciendo que la sociedad, el sistema, el mundo, están cambiando. Las revueltas que vemos brotar por todos lados son la prueba del malestar social, de la desigualdad, de una incomprensión por parte de las clases dirigente hacia el pueblo, en definitiva de una injusticia. No obstante las injusticias y desigualdad siempre han existido, pero mientras el sistema nos permitía vivir relativamente bien (para los países desarrollados obviamente) lo aceptábamos, ahora hace aguas por todas partes, entonces es tiempo de cambiar las cosas. No va ser un camino de rosas pero es La oportunidad para crecer y avanzar derrumbando los limites del sistema para obtener una sociedad basada en el respeto y la igualdad. Uno de los limites que me gustaría denunciar es el de los tabús. Proviene del polinésico y significa “prohibido”. ¿Pero quien puede prohibir una palabra o concepto? Una vez más, la sociedad y básicamente el miedo, pero además el tabú nunca se basa sobre una razón justificada.

El hombre está conducidos fundamentalmente por la necesidad de supervivencia, tal y como lo justifica erróneamente Darwin, es “la ley del más fuerte” y eso es lo que nos han enseñado desde la infancia. Claro, que cómodo para controlar las masas, “solo el más apto sobrevivirá, el más preparado, el más listo, y si no, no serás nadie en esta sociedad tan competitiva!”. En dos palabras: o encajas o te mueres. No obstante, hoy en día también este concepto está cambiando, muchos biólogos replantean el Darwinismo como un grave error, un panfleto de incoherencias biológicas y sociales utilizado por dirigentes (como Hitler) para eliminar a los “inconvenientes”. A partir de ahí, el afán por conversar el mundo tal y como estaba ayer se ha hecho evidente en nuestra sociedad y ¿por qué? Simplemente para mantener una supuesta estabilidad social, y para eso está diseñado el tabú, para crear la ilusión pública de que no hablemos de esto porque si lo hablamos va a destabilizar el confort y la seguridad. Finalmente no hemos evolucionado mucho desde las tribus tahitiana que crearon está palabra como superstición! Seguimos teniendo mucho miedo, una verdadera superstición, a lo desconocido. Pero si analizamos más de cerca lo que nos da miedo no es lo desconocido, sino sus implicaciones dentro del seno de la sociedad: “Que pensaran de mi, me van a catalogar, rechazar, no está bien visto, etc.” Te sientes excluido porque, tal y como lo establecieron algunos “no encajas en las normas establecidas de la estructura de consumo, dinero, religioso”. Pero además estos tabúes están extendidos a muchos ámbitos, como espirituales, medico, paranormales, la muerte, la política, el sexo e incluso la política. Por ejemplo, preferimos usar bebidas con aspartamo aunque sabemos que es un verdadero veneno que hablar de más allá, ponernos antitranspirantes aunque está demostrado que produce cáncer de mama que decir que nos tratamos con medicina energética, o incluso vacunarnos contra la gripe A que preguntar sobre orgasmos!! Al final en estos casos rechazamos lo natural a favor de lo químico y nocivo, porque claro, lo químico da dinero. Pero en otros ámbitos pasa lo mismo. ¿Qué pasaría si mañana aceptásemos que la muerte es más una liberación que un final, que los extraterrestres existen y dejan preciosas figuras geométricas en nuestros campos, que detrás de nuestro Ego se esconde un Ser de luz con un poder infinito (vamos un Dios si prefieren!), que el tiempo y espacio no existen y podemos trascenderlos solo con nuestra mente? Como individuos dejaríamos de tener miedo y como sociedad daríamos un salto evolutivo. Pero como no es mañana el día en que los medios de comunicación (los que son considerados como serios) hablen en portada de proyecto Montauk, de viaje astral, de campos unificados, de universos paralelos o de cualquier tema considerado “alternativo”, entonces preferimos mirar para otro lado o rechazarlo como herejía (igual que hacia la iglesia cuando Galileo dijo que la tierra era redonda) porque como bien nos inculcaron, todo lo que no se percibe con los 5 sentidos no existe.

Pero la realidad es que, al aceptar los tabús y rechazar o incluso prohibir el cambio, lo único que estamos haciendo es avalar las doctrinas tanto científicas como religiosas, filosóficas, políticas e incluso psicológicas de las clases dirigentes que no quieren que se destruya su terreno de poder. Pero siento decir que muchos de estos conceptos alternativos tabúes, están hoy en día demostrados científicamente, la única barrera que nos impide aceptar el cambio de paradigma es el Dogma Central. Entonces tenemos que empezar a revindicar nuestra libertad de pensamiento reclamando que la sociedad no esté basada en las doctrinas como fundamento del sistema establecido por las autoridades, sino en las experiencias personales y científicas.

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