« Los hombres olvidan siempre que la felicidad humana es una disposición de la mente y no una condición de las circunstancias” John Locke.

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martes, 28 de junio de 2011

De la crisis psicológica colectiva hacia un mundo transpersonal

Por si fuera poco con lo que ocurre alrededor, yo voy a añadir aquí otra crisis, e incluso diría la más importante, que es la crisis psicológica al que se enfrenta el genero humano. Pero, ya a modo de introducción, me anticipare diciendo que esta crisis no solo es necesaria pero que además es la primera señal hacia un cambio de conciencia por venir.
La enfermedad más grave al que se enfrenta la humanidad, da igual la cultura, religión, raza o incluso edad, es una enfermedad de índole psicológico. Es más, es la raíz de la mayoría de las enfermedades físicas porque como ya lo explique en otros artículos y la ciencia lo esta demostrando, la energía de la psique es la que afecta a los órganos físicos como un todo conectado. ¿Pero de que enfermedad psicológica estamos hablando? ¡De un conflicto existencial! El hombre no puede vivir plenamente una vida sin sentido, pero desgraciadamente, nuestra sociedad de hoy ha eliminado por completo todos los elementos inherentes a esta búsqueda espiritual a favor de valores exclusivamente materialistas que, hasta hoy no solo no han aportado felicidad pero además, han alejado al hombre de la fuente de la búsqueda. 
Hay cada vez más problemas psicológicos en nuestra sociedad, el estrés, la angustia, el miedo, la falta de confianza en sí mismo y de auto-realización, la desconfianza, el individualismo egocéntrico, etc. son tantos conflictos psicológicos arraigados en la forma de vida actual ¿por qué? Simplemente porque nuestra forma de vida es antinatural. Todos estos síntomas se derivan exclusivamente de la situación social que condicionan nuestra psique, porque nuestra verdadera naturaleza es divina, no obstante el proceso de nacer nos separa de esta fuente original y además las condiciones coercitivas de la cultura actual no nos permiten revivir esta conexión. Los valores inculcados, el trabajo, la competitividad, la ciencia reduccionista, los mecanismos socio-económico-políticos e incluso la religión con sus dogmas han sido todos los culpables voluntariamente o involuntariamente de querer alejar al hombre de su verdadera esencia natural representándolo como una maquina superior al resto de la naturaleza. Al alejar al hombre de su vida espiritual (no en el sentido religioso sino de la esencia del ser), lo que se ha creado es un verdadero conflicto humano más que personal, tal y como muchas psicologías nos quieran hacer creer, llegando a provocar un chaos psicológico colectivo.
 Lo que está en crisis es el arquetipo del “self” tal y como lo describe Carl Jung es decir lo que representa la integración total del individuo, la inclinación hacia el autoconocimiento, el equilibrio interno y la armonía entre los aspectos consciente e inconsciente del hombre. La gran culpable de este proceso ha sido la prioridad que hemos dado a la adaptación social en detrimento de la intromisión y del conocimiento de sí mismo.
“A menos que la humanidad pueda unir la ciencia de occidente y la sabiduría de oriente, nos encontraremos frente un gravísimo conflicto que nos sumirá en una insalvable crisis análoga a las padecidas en las guerras mundiales del siglo XX” George Gurdjieff (1949) fundador del cuarto camino sabia de que hablaba cuando decía que cada persona percibe las cosas desde una perspectiva totalmente subjetiva y que el hombre está en su mayoría en un estado adormilado de autómata inconsciente pero que uno puede “despertarse” para pensar desde otro nivel de consciencia más cercano a su verdadera naturaleza.

La primera buena noticia es que, como nos enseñaron los grandes psicólogos de la corriente humanista (Abraham Maslow): el ser humano es de naturaleza intrínsecamente buena y con tendencia innata a la autorrealización. La naturaleza de la que este ser humano forma parte, expresa una sabiduría mayor. No hay que perder jamás de vista este concepto tan alejado de los condicionamientos inculcados por la sociedad y religión que nos representan como seres violentos, llenos de pecados y atraídos por el mal. Y más adelante está la “cuarta fuerza” (después del conductismo, la psicoanálisis y humanista) que es la psicología transpersonal (Stanislav Grof) que consiste en transcender el sentido de si mismo (el cuerpo y la mente) para identificarse con una consciencia mayor.
Por lo tanto la solución es despojarse de condicionamiento y poder volver a descubrir su verdadera naturaleza para vivir sin miedo.
De ahí la segunda buena noticia: Esta crisis existencial ha empujado a cada vez un mayor numero de personas a replantearse los valores materialistas ofrecidos por la sociedad para buscar en su interior otra fuente de realización, buscar otras respuestas más cercanas a la naturaleza humana (y no solo humana), transcender su ego para encontrar alternativas integradoras y holísticas. Esas personas se llaman 15M y 19J, revueltas árabes y griegas, anti-sistema e indignados, espirituales y nuevos científicos, alternativos y noéticos, pero en realidad solo son personas que se están despertando para construir el mundo de mañana desde una conciencia superior basada en el ser y no en la economía.








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