« Los hombres olvidan siempre que la felicidad humana es una disposición de la mente y no una condición de las circunstancias” John Locke.

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martes, 7 de junio de 2011

No confundir Felicidad con Contexto


  Empezare este articulo contando un pequeño cuento personal: El otro día mi hija mayor me enseña un Citroën C3 igual que el que teníamos y me dice con nostalgia en la voz “Te acuerdas cuando teníamos este coche (ahora no tenemos coche), lo bien que lo pasábamos escuchando música, cantando, ahí todos juntos…. Que buenos momentos, echo de menos a nuestro coche… y eso que olía mal y estaba sucio, pero da igual, me encantaba”. Claro lo recuerdo también como momentos muy agradables pero me paro a pensar ¿que tenia este coche? La verdad es que no tenia nada, siempre estaba sucio, olía a vomito de mi hija pequeña, era bastante pequeño, y al final solo era un coche, eso no puede ser una fuente de felicidad… Entonces analizo más la situación y llego a la conclusión (que no deje de explicar a mi hija con todo lujo de detalles) que no es el coche que nos dio momentos felices sino era el hecho de estar los cuatro juntos, escuchar la música que nos gusta, emprender el viaje a las vacaciones, ver paisajes bonitos, etc. Pero como estos momento ocurrían a veces en el coche, ella asocio el coche, el contenedor con la felicidad, en otras palabras hizo una asociación de pensamientos.

Este tipo de “transposición” es muy frecuente en la mente humana y nos induce a muchos errores de los cuales no somos conscientes. Mi hija pensó que si volviéramos a tener el coche, volviéramos a tener estos momentos felices, entonces lamenta su perdida y crea un sentimiento de tristeza. En muchas ocasiones se confunde el momento alegre con el aspecto material que lo rodea y como lo material va y viene nos pasamos el día echándolo de menos. Yo intente explicarle que hemos tenido muchos otros momento felices como estos sin estar en el coche y que podemos volver a tenerlos en cualquier momento, en este preciso instante si nos lo proponemos, el coche no es la fuente.
Esta asociación de sentimientos ocurre a diario. Por ejemplo cuando nos deja nuestra pareja con quien hemos tenido momentos muy felices, nos entra esta sensación de que nunca más vamos a encontrar la felicidad porque se ha ido con esa persona. Incluso cuando volvemos de vacaciones a veces tenemos la sensación de que hemos dejado la alegría en el aeropuerto de regreso. Al parecer, en la mente humana, la felicidad solo se puede asociar con elementos exteriores y en cuanto este elemento se va, nuestra alegría también.
 La cosa se pone mucho más preocupante todavía cuando asociamos felicidad con estándares de masa, y que ni se aproximan con nuestros propios gustos, pero los hemos asimilados como tal sin realmente planteárnoslo. Podría dar mil ejemplos pero solo para citar algunos: El Mac Donald está asociado en la mente sobre todo de los niños como un lugar de alegría porque así se han inculcado y si lo miramos detenidamente a muy pocos les gusta realmente la comida. Para seguir con ejemplos de niños, y supongo que nos pasa a muchas madres, a mi hija pequeña le encanta de ir de compras, y no me pide comprar nada, eso no le interesa, pero asocia hacer la compra con pasar un momento a solas conmigo donde tendrá toda mi atención. Eso creará en su mente que hacer la compra es agradable cuando en realidad lo que le gusta es estar conmigo, la compra le da absolutamente igual. Otro ejemplo muy significativo son los viajes organizados. No me puedo creer que descubrir 5 ciudades europeas en 5 días desde la ventana de un autobús, de una tienda de souvenir a otra, corriendo y volviendo al trabajo más cansado que cuando nos hemos ido, sea realmente una fuente de placer y se quede como momentos felices. No obstante, mucha gente se sigue apuntando y no solo por su precio barato, sino porque su placer será en enseñar las fotos a sus amigos o tener más sellos posibles en el pasaporte. En definitiva ¿lo hacen para ellos, o para la galería? ¿Es realmente lo que les gusta o simplemente porque queda mejor en el trabajo que decir que hemos ido a Torrevieja para las vacaciones?. Pensémoslo un momento, ¿cuantas cosas hacemos porque es sin duda una fuente de felicidad real y personal, o una costumbre social que hemos ido asociando con la felicidad a lo largo del tiempo?

No obstante confío que ha estas alturas todos sabemos que la felicidad es una bolsa inagotable que llevamos encima siempre, nos acompaña a todas partes y jamás se separa de nosotros. El problema es que no lo vemos, somos como el caracol que se cansa y cansa buscando una casita cuando en realidad la tiene encima pero sus ojos no la alcanzan. Entonces, para subsanar esta falta la trasladamos en elementos exteriores que si podemos ver, nombrar y materializar. Pero dejemos de engañarnos, no nos gustan los Mc Nuggets, ni los viajes relámpagos, ni los centros comerciales el domingo, ni el super (o viejo) coche, ni el souvenir que se pudre en un cajón, lo que si nos hace feliz es ver la sonrisa de nuestros hijos, la apuesta de sol (en cualquier playa), estar con nuestra familia, escuchar música, reírnos,… en cualquier lugar, en cualquier situación mientras estemos conectados con El Momento. 

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