« Los hombres olvidan siempre que la felicidad humana es una disposición de la mente y no una condición de las circunstancias” John Locke.

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miércoles, 22 de junio de 2011

Es hora de romper huevos






Vale el mundo está cambiando, creo que a estas alturas ha quedado claro: La economía no se sostiene, la ciencia abraza nuevos conceptos metafísicos, la religión se debilita, el declive del neoliberalismo está ya consumado, el medio ambiente nos recuerda que si seguimos así la extinción humana es ineludible,  el clivaje entre dirigentes (de todo tipo) y el pueblo es cada vez mayor, las catástrofes naturales nos recuerdan a diario que no somos superiores a la naturaleza, y nosotros en medio de todo este desbarajuste estamos cada día más perdidos.

Brota información por todos lados, el club Bildeberg, los chemtrails, el 2012, las “vacunas asesinas”, el nuevo orden mundial, el proyecto Haarp, y Blue Beam, la manipulación de la información, de supuestos grupos terroristas y un sin fin de teorías  (y hechos demostrados) de conspiración. No voy aquí analizarlos ya que incumbe a cada uno informarse y sacar sus propias conclusiones, pero que las catástrofes sean premeditadas o naturales lo importante es nuestra actitud frente a ellas, nuestra responsabilidad como ciudadanos, como familia, como ser humano para enfrentarnos al cambio y el mundo que queramos construir. 

¿Queremos ser gobernados o responsable de nuestra comunidad? ¿Queremos estrés, o plenitud? ¿Queremos polución o arboles y pájaros? ¿Queremos pensar desde el miedo del Ego o desde el amor de nuestra esencia? ¿Pero claro, como en una jornada de 12h donde hay que trabajar para sobrevivir porque así nos educaron, así funciona el sistema y por mucho que se tambalee todavía es nuestro pan de cada día, podemos encontrar el tiempo de nada más y nada menos “cambiar el mundo”? Muchos pensarán “si todo esto es muy bonito, yo también lo quiero, pero no tengo tiempo ni de manifestar, ni de reciclar, ni de dejar de gastar, ni de luchar, y menos de meditar, en definitiva soy más un espectador del cambio que un activista”.  Ese es el gran problema que nos ocurre a todos, pensamos que si no tenemos un real espacio y dedicación para la participación mejor seguir en la rueda del día a día con la simple esperanza de que hoy será mejor que ayer y peor que mañana. 

Pero desgraciadamente si no actuamos puede que mañana sea peor que hoy, y lo dice la más optimista pero también la más convencida de que no se hacen tortillas sin romper huevos, y ahora estamos en una época de romper los huevos para que nosotros o nuestros hijos  (sí sí esto va muy rápido!!) puedan disfrutar de una tortilla rica, sana y equilibrada. En este cambio somos todos gotas de agua de un mismo océano, no hay ricos ni pobres, ni razas, ni fronteras, ni partidos políticos, solo la humanidad y como tal, todos absolutamente todos podemos aportar nuestro granito de arena.


Aquí van unos consejos sencillos:
-       No creer todo lo que dicen los grandes medios de comunicación, leer otras fuentes alternativas (gracias internet).
-       Con el conocimiento en la mano, pensar por si mismo, el espíritu critico y la capacidad de análisis son fundamentales.
-       Por muy descabellado que parezca, replantear nuestra educación, condicionamiento, sociedad y pensar que otras alternativas son posibles.
-       No poner limites en la esperanzas, lo que hoy parece una utopía puede ser la realidad de mañana.
-       Dejar de creer que solo la competitividad nos llevara al éxito, ese concepto se está debilitando por minutos.
-        Dedicar el tiempo de ocio a placeres no materiales, redescubrir la familia, la naturaleza, la risa. (un picnic en el parque con un buen libro o los hijos es más gratificante que el centro comercial).
-       Encender el ipod a diario y escuchar la música que nos inspira.
-       Procurar no comprar productos de importación, total tenemos de todo a mano.
-       Pensarse dos veces que medicamentos tomar o si vacunarse.
-       Intentar comunicarse sin sentimientos negativos, y si no es posible, mejor quedarse callado.
-       Procurar no compararse con nadie, ni el vecino, ni los famosos, ni la imagen de los medios de comunicación son un ejemplo a seguir y acercarse a ello no ha hecho a nadie más feliz.
-       Actuar, pensar y expresarse con libertad, sin tabús, sin preocupación en el “que dirán”, una época de cambio también es una época donde todo es posible.  
-       Estar preparados para aceptar nuevos paradigmas.
-       Adaptarse a los cambios tanto en nuestra vida cotidiana como mundiales.
-       Mirar la tele con responsabilidad (igual que cualquier droga).
-       Escuchar a los niños y jóvenes y dejar de imponerles nuestras doctrinas ya que no les servirá de nada dentro de 20 años.
-       … y por fin, transmitir este mensaje…

Como dice Jordi Pigem, estamos viviendo la etapa más fascinante de la historia de la humanidad, un punto de inflexión entre lo que ha sido una evolución gradual y homogénea, y ahora un salto hacia un futuro todavía desconocido.  De momento las fuerzas se intensifican, los que no quieren perder su terreno de poder se agarran a ello basándose en valores obsoletos e individualistas y los que buscan libertad se despiertan y se unen para soñar en un futuro sostenible, de cada uno de nosotros depende de que lado basculará la balanza. 

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